Cómo nació "Thai at Home": un viaje de amor a Tailandia

Mi marido y yo nos conocimos en 2017, y una de las cosas que más nos unió desde el principio fue nuestra pasión por viajar. En 2018 decidimos emprender una aventura por libre a un destino que nos atraía desde hacía tiempo: Tailandia.

Con la ayuda de una consultora experta en viajes, organizamos una ruta completa para recorrer el país durante los 17 días de nuestras vacaciones. Así fue como, un 20 de julio, nos subimos a un vuelo de Singapore Airlines con destino a Singapur, donde hicimos escala antes de comenzar nuestra ruta en Chiang Mai, al norte de Tailandia.

🛫Todo empieza en Chiang Mai

Nada más aterrizar, empezamos a sentir la esencia del país: humedad intensa, calor sofocante y una mezcla de olores desconocidos. Era nuestra primera vez en Asia, y ya desde el aeropuerto nos sorprendió el "descontrol controlado": personas ofreciendo transporte, tarjetas SIM, botellas de agua o mango sticky rice. Una locura fascinante y encantadora.

Contratamos un taxi allí mismo, y el conductor, muy amablemente, nos dio su número de teléfono “por si necesitábamos algo más tarde”. En Tailandia es muy común volver a contactar con el mismo transportista para moverse por la ciudad, una práctica que aporta seguridad y confianza.

Durante nuestra estancia en Chiang Mai visitamos templos, el mercado nocturno y uno de los lugares que más nos marcó: el Elephant Nature Park, una reserva de animales rescatados. El guía que nos llevó hasta allí era un tailandés simpatiquísimo, siempre con una sonrisa, que cada cierto rato se acercaba un pequeño bote verde a la nariz. Nos explicó que era un Ya Dom, un inhalador de hierbas muy típico en Tailandia, usado como aromaterapia.

A pesar de estar rodeada de naturaleza, Chiang Mai es una de las ciudades más contaminadas del mundo, y sin embargo, tiene un olor tan particular que no molesta... al contrario, engancha.

Desde Chiang Mai hicimos una excursión de un día a Chiang Rai para visitar el famoso Templo Blanco (*Wat Rong Khun*). Fue una aventura en sí misma: un día lluvioso, caminos de barro y una minivan que parecía a punto de quedar atascada. Pero valió la pena: el templo nos dejó sin palabras, aunque sabíamos que no era un templo religioso sino una obra artística creada por un escultor tailandés muy reconocido (¡aunque no recordamos su nombre!).

Esa noche volvimos a dormir a Chiang Mai y al día siguiente tomamos un autocar de “primera clase” hacia la ciudad antigua de Sukhothai. El lavabo del autobús consistía en un cubo azul de 200 litros con un chorrito de agua que salía directamente a la carretera… Afortunadamente, no hizo falta usarlo en todo el trayecto.

🧘‍♂️Sukhothai - Este tesoro escondido de Tailandia (Mejor que Ayutthaya)

Sukhothai nos enamoró por completo: tanto el hotel como la ciudad antigua. Recorrimos sus templos en bicicleta, casi sin turistas alrededor, y nos maravillamos con los budas gigantes y la calma del lugar. Hasta ese momento, todas las ciudades visitadas tenían un aire rural, al igual que los restaurantes, donde por apenas dos o tres euros comíamos de maravilla, siempre acompañados por una Chang bien fresquita, servida en su típico conservador de frío.

🛺Bangkok - La ciudad que amas o detestas

Después, el viaje cambió totalmente de registro: volamos a Bangkok, donde nos alojamos en un hotel moderno con piscina infinita en la azotea. Bangkok es una ciudad que amas o detestas, sin término medio. Es intensa, caótica, llena de vida, olores, sabores, gente, tráfico, tuk-tuks, motos, camiones… y, sin embargo, también esconde rincones increíbles.

Visitamos Chinatown y su street food, con pescaderías y carnicerías al aire libre, sin refrigeración. Calles estrechas, y de repente, un Starbucks. También recorrimos el Gran Palacio, el Buda Reclinado y experimentamos el peculiar "turismo de tuk-tuk" con conductores esperando a los turistas perdidos. Uno de los momentos más curiosos fue cuando entramos al Parque Lumphini y vimos de cerca los dragones (varanos) que viven allí como si fueran gatos callejeros.

Durante nuestra estancia coincidimos con el Día de Buda, un día sagrado en el que se prohíbe la venta de alcohol y se cierran bares y discotecas. Nos quedamos con las ganas de disfrutar de una noche de fiesta en la discoteca que veíamos desde la habitación del hotel.

Desde la capital pusimos rumbo al sur, primero a Koh Samui y luego a Ao Nang, en el otro lado de la península. Queríamos visitar Phi Phi, pero la temporada de lluvias nos lo impidió.

🏝️Playas de Tailandia - El paraíso en la tierra

Tanto Koh Samui como Ao Nang nos robaron el corazón. Playas de aguas cálidas y cristalinas, paisajes de postal… En Koh Samui descubrimos rincones mágicos que preferimos guardar solo para nosotros. Recorrimos la isla alquilando una moto en el propio hotel, por tan solo cinco euros al día, lo que nos permitió explorar libremente y sin prisas. Además, en ese mismo hotel disfrutábamos cada mañana de fantásticos desayunos a pie de playa, y por las tardes, de masajes de una hora por apenas diez euros. Uno de los grandes hallazgos de la ruta fue un restaurante llamado Mango Tree, donde probé la mejor Tom Yum de mi vida: una sopa picante, aromática y equilibrada que aún hoy recuerdo con antojo.


En Ao Nang recomendamos especialmente la Emerald Pool y la isla de Koh Poda.


Una anécdota menos agradable fue que, tras tener muchísimo cuidado con el agua (¡hasta nos lavábamos los dientes con agua embotellada!), terminé con una gastroenteritis después de cenar en un restaurante italiano. Por suerte, los sobres de electrolitos que venden en los siempre útiles 7-Eleven me ayudaron a recuperarme en 24 horas. Mientras tanto, Óscar hizo la famosa “ruta de los monos” y descubrió una playa increíble.

🌅¿Cómo nace "Thai at Home" de todo esto?

De la nostalgia y la necesidad de revivir con todos los sentidos las emociones y sensaciones que experimentamos en ese viaje. Tailandia, el país de las sonrisas, nos marcó profundamente. Y para nosotros, es mucho más que un destino: es nuestra meta soñada para el día en que nos jubilemos.


Este proyecto está hecho con amor, desde el corazón. Esperamos que esa energía positiva os llegue y os inspire tanto como a nosotros y ayude a todos aquellos que han estado en Tailandia a poder disfrutar de pequeños tesoros y recuerdos de este maravilloso país, desde nuestras casas y en el día a día.

Kap kun kha / Kap kun khrap.